¿Qué consecuencias puede tener la naturalización de conductas ilegales o inmorales en la sociedad?
Introducción: Cuando lo indebido se convierte en rutina
En cualquier sociedad, la línea que separa lo correcto de lo incorrecto se sostiene por principios éticos, normas legales y valores culturales. Sin embargo, cuando ciertas conductas ilegales o inmorales se repiten constantemente y dejan de generar rechazo, comienzan a percibirse como normales. A este fenómeno se le conoce como naturalización de conductas indebidas. Y aunque puede pasar desapercibido en el día a día, tiene consecuencias graves a nivel individual, social, cultural, e incluso institucional.
En este artículo, analizaremos en profundidad qué significa naturalizar este tipo de comportamientos, por qué ocurre, cuáles son sus consecuencias más notorias, y cómo evitarlo desde una conciencia crítica y una educación ética responsable.
¿Qué es la naturalización de conductas ilegales o inmorales?
La naturalización ocurre cuando un comportamiento, aunque sea incorrecto desde el punto de vista ético o legal, se vuelve parte del paisaje social. Se vuelve algo cotidiano, aceptado, o incluso justificado.
Por ejemplo:
-
La corrupción en instituciones públicas.
-
El plagio académico.
-
El robo “menor” en comercios.
-
La violencia verbal normalizada en redes sociales.
-
El acoso en entornos laborales que se considera “parte del ambiente”.
Cuando estos actos dejan de indignar y se convierten en costumbre, estamos frente a una peligrosa erosión de los principios fundamentales de convivencia social.
¿Por qué se naturalizan conductas ilegales o inmorales?
1. Repetición constante
Lo que vemos todos los días, deja de sorprendernos. Si los medios muestran violencia sin consecuencias, o si vemos corrupción sin castigo, se internaliza como algo común.
2. Falta de consecuencias
Si un comportamiento ilegal no recibe sanción ni rechazo social, se transmite la idea de que no es tan grave.
3. Justificaciones sociales
Expresiones como "todo el mundo lo hace", "no es para tanto" o "así funciona el sistema", refuerzan la aceptación de lo inaceptable.
4. Cultura de la inmediatez
Vivimos en una época en la que se prioriza el beneficio rápido, el “aquí y ahora”. Si una conducta indebida da una ventaja, muchos optan por tomarla sin pensar en el impacto a largo plazo.
Consecuencias de naturalizar lo ilegal o inmoral
1. Pérdida del sentido ético
Uno de los primeros efectos es la pérdida del criterio moral colectivo. Las personas ya no distinguen con claridad entre el bien y el mal, lo legal y lo ilegal, lo justo y lo injusto.
Esto afecta gravemente la construcción del juicio crítico, especialmente en jóvenes que están en formación de valores.
2. Normalización de la corrupción
Cuando se acepta que “todos los políticos roban” o que “en todas las empresas hay trampas”, se debilitan las instituciones. Se instala una cultura del "sálvese quien pueda", donde la legalidad queda subordinada al interés personal.
3. Aumento de la impunidad
La naturalización genera impunidad social. Si nadie denuncia, si nadie se escandaliza, los responsables siguen actuando sin freno.
4. Degradación del tejido social
Una sociedad que acepta lo inmoral como parte de su funcionamiento pierde cohesión. Aparece la desconfianza, el cinismo y la indiferencia frente al dolor o la injusticia ajena.
5. Retroceso en la evolución cultural
Aceptar lo inaceptable impide la mejora. Sociedades que han avanzado en derechos humanos, equidad de género, protección ambiental o justicia social, corren el riesgo de retroceder si se toleran conductas que atentan contra estos avances.
Ejemplos actuales de naturalización peligrosa
-
El discurso de odio disfrazado de libertad de expresión.
-
La discriminación estructural en sistemas laborales o educativos.
-
La evasión de impuestos como estrategia "inteligente" en lugar de delito.
-
La violencia digital como entretenimiento.
¿Cómo combatir la naturalización de lo indebido?
1. Educación en valores
Desde la escuela hasta los espacios de trabajo, es fundamental reforzar la formación ética, el respeto por las normas y el desarrollo del pensamiento crítico.
2. Medios responsables
Los medios de comunicación deben evitar glorificar lo ilícito o presentar lo inmoral como normal. Tienen el poder de influir en las percepciones sociales de lo que es aceptable.
3. Sanciones claras y ejemplares
Las leyes deben aplicarse de manera equitativa. La justicia debe actuar sin favoritismos para que el mensaje sea claro: las conductas ilegales no se toleran.
4. Participación ciudadana
Denunciar, actuar, involucrarse. El cambio comienza en cada persona, en cada familia, en cada comunidad.
5. Referentes positivos
Necesitamos modelos a seguir que muestren que el éxito también puede lograrse con ética, respeto y responsabilidad social.
Conclusión: El futuro depende de nuestras decisiones colectivas
La naturalización de conductas ilegales o inmorales no es un proceso inevitable. Es una construcción social que puede deshacerse si existe voluntad, conciencia y compromiso. Si deseamos vivir en una sociedad más justa, segura y saludable, debemos dejar de mirar para otro lado y comenzar a actuar.
Cada uno de nosotros tiene el poder de influir: desde lo que aceptamos, lo que denunciamos, lo que enseñamos y lo que promovemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario